martes, 2 de agosto de 2011

LA VENTANA SIN CANCEL

                LA VENTANA SIN CANCEL

Hace unos días salió publicada en la web una noticia, sin muchos detalles, que daba cuenta de la muerte de Mirha Defilpo, unas pocas líneas que decían que tenía 66 años y no mucho más. Mirtha Defilpo fue una importante poetisa que publicó entre otros títulos: ‘Después de Darwin’ (1983), ‘Malezas’ (1985) y ‘Matices’ (1991). Algunos de sus poemas, como ‘La inasible’, se publicaron en ‘200 años de poesía argentina”, con selección y prólogo de Jorge Monteleone (Alfaguara, 2010).
Defilpo además tuvo un protagonismo musical acentuado desde 1973 hasta 1979. En el transcurso de esos seis años fue pareja musical (y en la vida) de Litto Nebbia, juntos parieron una cantidad de discos tan bellos como incomprendidos. En esos días Mirtha se convirtió en letrista, musa y fuente de inspiración de un Nebbia que supo extender los límites del formato canción.

Los primeras letras que Defilpo escribe para Nebbia son dos canciones que se publican en “Muerte en la catedral” (1973), el primer álbum que el rosarino graba con su trío (Jorge González en contrabajo y Néstor Astarita en batería), dando inicio a un rico período de exploración y búsqueda de nuevos formatos.  De las dos canciones que interviene Defilpo, destaca ‘La operación es simple’ (“Un canto de moneda suena la vida y si una cara danza, la otra saliva, la operación es simple, de suma y resta…”)
“La cosa más definida que tuve siempre fue la literatura, escribir – contaba Mirtha a la revista Pelo en los ’70 - Yo nunca hice canciones hasta que conocí a Litto. Lo que siempre escribí es poesía y algún texto de prosa poética. Al comenzar a hacer canciones con Litto me di cuenta que hay palabras que no sirven para ser cantadas. Descubrí también que en las canciones hay una limitación de lenguaje demasiado grande. Veo que son muy grandes las posibilidades que dan las letras para canciones y que aún no son explotadas.”
En 1974 Nebbia y Defilpo redoblan la apuesta cuando aparece “Melopea”, uno de los grandes discos de la década del 70, con la mitad de las letras a cargo de Defilpo. Litto se adentraba en un formato que traspasaba las fronteras de la canción tradicional, la poesía de Defilpo, de métrica irregular, exigía y corría a Nebbia de su lugar seguro. Semejante exigencia tuvo sus frutos: “Melopea” es una gema exquisita para que descubran las nuevas generaciones. En  ‘La lección del viajero’ Defilpo hace cantar a Nebbia: “el viajero me dijo que la boca se rompe / si uno come palabras, todo nuevo refugio es una antigua trampa…”). El ‘hit’ del disco era ‘La ventana sin cancel’, libre alegoría sobre los pensamientos de Julieta en su balcón.
Luego Nebbia y Defilpo son invitados por el director Olkar Ramírez para que musicalicen una obra de pantomima que se presentaría en el Teatro San Martín en el marco del Festival Latinoamericano del Mimo. Nebbia musicaliza un texto de Defilpo, que a instancias de Ramírez, escribe sobre la historia de un hombre que fracasa en su vida en todo lo que emprende. Fruto de esa trabajo se publica “Fuera de cielo” (1975), con Astarita y González como base rítmica. En el tema que titula el álbum, que abarcaba todo el lado A del disco, Defilpo escribe: “Olvidaste payaso que el enemigo es rápido, perdiste la paciencia, perdiste tu trabajo / brincaste más aprisa sobre la cuerda floja, a nadie le hizo gracia tu mueca de tristeza, ni tu cabeza rota en vez de tus zapatos…”

En 1976 Defilpo edita “Canciones para perdedores”, su único disco enteramente solista. Acompañada de un selecto plantel de músicos que en esos días acompañaban a Nebbia (Dino Saluzzi, Manolo Juarez, Pocho Lapouble, Nestor Astarita, Daniel Homer), Mirtha cantaba sus letras musicalizadas en su mayoría por Nebbia. Defilpo no era precisamente una cantante, pero supo interpretar sus letras con cierto encanto y calidez.
“Yo hago poesía dramática, tomando dramático como sinónimo de encuentro, hablo de situaciones dolorosas, o bien de  propuestas esforzadas para la felicidad, que creo que es la forma que yo he elegido para comportarme en este mundo – explicaba Defilpo sobre su álbum - Creo que nuestro aprendizaje se realiza a través de las pérdidas. Curiosamente son pérdidas que hacen una escalera de trayectoria humana donde cada escalón es un esfuerzo, una pérdida, una integración con nuevas cosas, una transformación sucesiva. No estoy hablando despectivamente, ni siquiera lastimosamente de los perdedores. Sino que pienso que nuestro transcurso en el universo es de esfuerzo, de pérdida, de aprendizaje con dolor. En ese sentido es el título del LP.”
Ese mismo 1976, con “Bazar de los milagros”, producen nuevamente un ramillete de canciones, bellas, intrincadas, misteriosas. En ‘La muerte y la mirada’ la poetisa hace dialogar a la muerte (“Poseo por herencia a aquellos que me muestran su extraño corazón de muerte acurrucada…”); con la mirada (“Contemplo el universo con los tímpanos rotos pero las existencias no me sirven de nada…”).
En 1977 Litto Nebbia publica su obra máxima en cuanto a experimentación y riesgo artístico: “El vendedor de promesas”, cuyas letras corresponden íntegramente a Defilpo. El trabajo  fue un fracaso de ventas,  sin embargo, con el paso de los años ha sido valorado en su real dimensión. “La presentábamos en vivo – recuerda Nebbia - con el apoyo dramático de dos actores, la actriz, un corto realizado especialmente que se proyectaba al inicio de la obra y tocábamos con el trío mientras sucedía la acción teatral…un disparate, ni que hablar para la época, recuerdo que perdí un pequeño departamento. El arte tiene esas cosas a veces, es una actitud de dar, que no necesariamente trae como respuesta una revolución económica”.
La obra, concebida como idea conceptual, es una suite con su obertura, adagio y final correspondiente. Por supuesto, el formato canción de tres minutos no existía ni tampoco estaban las reglas tradicionales de métrica de las letras. Aquí Nebbia musicaliza la intrincada y bella poesía de Defilpo con una música acorde al vuelo poético de las letras valiéndose de una parafernalia de teclados que eran una novedad para la época (Mini-Moog, sintetizador ARP String Ensemble, Clavinet Hooner)
En la reedición del 2010, Mirtha Defilpo publica una suerte de aclaración de sus letras: “Escribir una poesía no autoriza ni exige al autor a dar una explicación absolutamente determinante de la comprensión de los otros. La poesía goza del extraño privilegio de ser reinterpretada (y lo puede ser en varias oportunidades) por su propio autor o sus lectores. Pero puedo decir que ‘El vendedor de Promesas’ es como una larga parábola sobre el destino humano.”

Tiempo después, en su exilio mexicano, Nebbia publica “Toda canción será plegaria” (1979), disco firmado junto a Murtha Defilpo que contiene pistas grabadas en Buenos Aires. En estas canciones el rosarino se hace cargo de todos los instrumentos, con intervenciones ocasionales en dos pistas de Domingo Cura y Norberto Minichilo y su compañera aporta algunas letras, voces y coros. La despedida discográfica de Defilpo se manifiesta con creces en ‘Motivos del azul’ y en la hermosa ‘En la tierra, el sol’ donde Defilpo hace cantar: “En la tierra el sol vio escondido a un niño soñador, y al instante supo que sería desdichado, tan desolado…”
Hace unos días Litto Nebbia le mandó unas palabras a Mariano del Mazo para que se publicaran en Página 12, entre otras cosas Litto decía: “Muchas veces sus letras fueron criticadas de intelectuales y herméticas. Sólo con el paso del tiempo comencé a encontrar gente que valora sus letras en la música. Mirtha era una poeta extraordinaria y su paso por la canción fue una situación placentera que se dio por el destino de encontrarnos. Desgraciadamente algunos libros, pequeñas ediciones con su poesía, no se encuentran fácilmente. Tampoco fue ella la clase de persona que andaba golpeando puertas para que la publicaran. Era orgullosa y talentosa. Cualquier mención que se realice para que se conozca su poesía, es un acto de nobleza y justicia.”

La ventana sin cancel
Cuidado, Julieta, estás acumulando sombras en los vidrios de tu ventana sin cancel.
Sospecha, Julieta, que si el amor visita a una muchacha lo hace cambiándose la piel.
Alborozo femenino descubriendo el sol…escucha!!!!
No mires, Julieta, cuando el amor inventa laberintos alguien se tiene que perder.
Fina espada de mujer en las manos guardarás, ignorando su poder, aun todo es ilusión.
No sueñes, Julieta, el infortunio sube por tu trenza,
y te despeinará, y te despeinará para enlutarte el corazón.
‘La ventana sin cancel’ ha sido versionada por Juan Carlos Baglietto en “Acné” (1984), su homenaje al rock argentino; y por los Súper Ratones en la “Celebración del Rock Argentino” que produjo Nebbia en el 2010.




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