domingo, 26 de diciembre de 2010

OTROS VILLANCICOS



                                               OTROS VILLANCICOS

Sí, ya sé que recién pasó la navidad, pero este domingo es 26 y todavía estamos con el espíritu navideño (espero) como para hablar acerca de músicas navideñas y de algunos villancicos porque, ¿ustedes no están un poco cansados de escuchar siempre los mismos villancicos? Está todo bien con ellos, pero cada año que pasa aparecen irremediablemente cual ardillitas parlanchinas y llega un punto en que decimos: ¡basta por favor!
Es por ello que en este espacio hablaremos de otros villancicos, es decir, de algunas músicas con espíritu navideño, pero no tanto, ¿vió?


Navidades rockeras
En el rock argentino hay muchas canciones que hacen referencia a la navidad, y no precisamente desde el costado tradicional: David Lebón tituló a una de sus bellas canciones amor ‘María Navidad’ (pueden disfrutarla en “Nayla”, 1980) y llegó aún más lejos cuando grabó junto a su hijo una versión de ‘Navidad blanca’ en “Siempre estaré” (1985).
Su coequiper en Serú Girán, Charly García, también hace referencia a este tema en la época de su sinfónica La Máquina de Hacer Pájaros, cuando canta en ´Bubulina’: “Navidad en el cielo, Bubulina se llevó mi amor; el tiempo exacto entre los dos nunca murió…”.
Yendo más atrás, un joven Flaco Spinetta cantaba en 1969 en ‘Gabinetes espaciales’, simple de Almendra: “…y en navidad todos se juntan; y explotan bombas en la Luna…”
León Gieco escribió en 1973 ‘La Navidad de Luis’, pero recién la editó como simple en 1980 cobijado por el sello Sazam Records. Aparece en su compilado oficial, “7 años” (1980) y más tarde la revesiona en “Desenchufado” (1994) y en “El vivo de León” (2003).
Como otras canciones de Gieco, estuvo prohibida durante la dictadura militar, pero, paradójicamente, como otras de sus compañeras, vería la luz ante que se terminara ese período. ‘La Navidad de Luis’, que la incluyó Mercedes Sosa en “Escondido en mi país” (1996) a dúo con el propio compositor,  contiene una letra sencilla, pero emotiva: comienza con la patrona de Luis que le ofrece a éste un pan dulce y un poco de vino para que lo lleve a su casa. A la propuesta, Luis responde: “Señora, gracias por lo que me da, pero yo no puedo esto llevar, porque mi vida no es de Navidad / Señora, cree que mi pobreza llegará al final comiendo pan el día de Navidad / Mi padre me dará algo mejor, me dirá que Jesús es como yo y entonces así podré seguir viviendo….”
Parece que el líder de Ataque 77 decidió cerrar el capítulo de su banda para fundar con integrantes de El Otro Yo y Cabezones, la agrupación Jauría (ya lanzaron su disco debut), pero tenemos que recurrir a “Dulce Navidad” (1989), el disco debut de Ataque 77. Desde allí relatan con tono amargo en ‘Papá volvió borracho a casa (Navidad)’: “Felices Navidades para todo el mundo / Papá llegó borracho como de costumbre / Año nuevo, vida nueva, Año nuevo, impuesto nuevo / Año nuevo, sin champagne, sin pan dulce, sin caviar / Navidad, Navidad, Dulce Navidad…”
Por allí anda el Pelado, Luca Prodan, furioso, arremetiendo contra todo y burlándose de las tradiciones ya impuestas, haciendo su versión del villancico ‘Noche de paz’ (“After Chabon”, 1987), cantando en alemán e inglés, alternado en español la estrofa: “Noche de paz, noche de amor, todos acá por favor / mamá e hijo con antifaz, disfrutando de su noche de paz / sueñan un sueño imposible…”
Los Divididos, en clave de baguala-blues, desde su “Vengo del placard de otro” (2002), compusieron un anti-villancico titulado ‘Villancico del Horror’. Con su habitual ironía y su particular manera de escribir sus letras, Mollo canta: “Feliz navidad, explotó el pesebre, triángulo santo / Quema niño, petardo arrepentido se negó a explotar / Linyera en la axila del 24 al 6 / Napita como aljibe de 1803…”                           
El rosarino Lalo de los Santos, ya fallecido, publicó en su disco debut, “Al final de cada día” (1984), ‘Reflexiones de Navidad’, donde da cuenta de sus impresiones: “Navidad se sufre entre farsas y engaños / de demonios que son santos una vez al año…”
En su disco-libro “Una mirada” (2004), otro rosarino, Litto Nebbia nos muestra ‘La navidad en el mundo’: “Un día sincero quizás tenga menos de lo que alguna vez aposté / En una aldea cualquiera sin tiempo, sin raza precisa / Sin nadie que apure o invada la prisa con un solo día en común porque es navidad…”

Navidad de reserva
Él Mató a un Policía Motorizado es una banda de La Plata que combina el punk rock con el Noise rock que cuenta entre sus influencias a los Pixies, Ramones, Sonic Youth y The Velvet Underground.
Luego de editar “Él Mató a un Policía Motorizado” 2004, la banda se propuso realizar una trilogía de discos cortos (EP), dedicados al nacimiento, a la vida y a la muerte: “Navidad de Reserva” (2005), “Un Millón de Euros” (2006), y finalmente, “Día de los Muertos” (2008).
“La idea nace de querer hacer discos con personalidad, que el álbum sea en sí una obra, con cierta armonía en el concepto principal – comenta Santiago Motorizado, uno de sus integrantes - Lo primero que salió fue la idea de un disco de navidad. Yo estaba escuchando bastante Elvis y Beach Boys, y veía como en una época era un recurso comercial casi obligatorio, salían cosas muy buenas y mucha basura, claro, pero como siempre. Esta buena la idea de hacer eso ahora, fuera de contexto, con una estética más argentina, de calor, decadencia y amor violento.”
“Navidad de reserva” te introduce en un viaje durante 24 minutos de atmósferas sónicas en diferentes estados de ánimo. La audición se torna adictiva a medida que se avanza en el mundo real y descarnado en tiempos de navidad que pintan los platenses. El martilleo incesante de la batería, el pulso del bajo, y las capas de guitarras acentúan las letras cantadas como al pasar, en pocas líneas, pero trazando imágenes contundentes.
“Te persigue la policía en navidad / Es la fiesta que te prometí…” cantan en ‘Navidad en los santos’. Se acuerdan de los desclasados en ‘Viejo ebrio y perdido’; para luego, describir rudamente: “Ellos chocan sus autos en frente nuestro y esperan la atención de todos, siempre / Y yo acá, sangrando vas, el héroe y la muerte están brillando en la arena…” (‘El héroe de navidad’).
Bajan los decibeles en ‘Noches buenas’, bosquejando en pocas palabras una nochebuena: “Estrellas, de verdad, sidra en vasos de metal / Estrellas de verdad, sin pensar y sin hablar / Estrellas de verdad, en la mesa brindarán / Buenas noches, buenas noches, buenas noches...”.
Hay también lugar para el desamor en ‘Navidad de reserva’: “Esta mañana dijiste que no ibas a volver, no importa, es más cómodo así, destruyo mi cuerpo con drogas y alcohol / Nuestra navidad de reserva…”.
En ‘Villancico del final’, acotan: “Calor que quema, se termina la noche, no va a volver, vas a llorar, sos un blando y quema….”; para terminar a todo trance con ‘El árbol de fuego’ cantando sólo dos frases: “Otra navidad…” y “Muerto en navidad…”, intercaladas por la grabación de una muchacha hablando a través de lo que parece un contestador telefónico, mientras Él Mató a un Policía Motorizado sigue sonando, las guitarras cortando la atmósfera de la noche navideña y la frase “Otra navidad…” continua dando vueltas en nuestras cabezas, anunciando que ha pasado otra navidad; o alertando que hay otras navidades, además de la de las mesas abundantes y los arbolitos cargados de regalos.



sábado, 4 de diciembre de 2010

Obras maestras (gatos)

                                             OBRAS MAESTRAS

“El más pequeño gato es una obra maestra.” (Leonardo da Vinci)

A ver: ¿a ustedes le gustan los gatos, o los perros? Porque no me van a negar que hay toda una rivalidad en esta cuestión con un buen cúmulo de razones a favor de ambos bandos. Unos esgrimirán el señorío, el misterio y la pulcritud de los gatos; los otros citarán la bonhomía, la lealtad y el celo de los perros. En cuanto a civilizaciones milenarias, los egipcios adoraban los gatos, ignorando a los perros; en contrapartida, el zodíaco chino posee un signo para el perro, y el gato está ausente.
Todo un tema doméstico, aunque en este espacio el planteo de mi parte ya está definido: si bien me gustan los perros, prefiero los gatos (Harry puede dar fe de ello) y es por esa razón que les traigo músicas y letras que intentan pintar una aproximación al amor que tenemos algunos humanos hacia los gatos.

Pasa algo con los gatos y la música, sino como se explica que dos de los más grandes músicos argentinos se apodaran Gato (Leandro ‘Gato’ Barbieri y Astor Piazzolla, a quién sus amigos y allegados lo llamaban ‘Gato’). Otro músico argentino radicado en España, ya fallecido, lucía orgullosamente su apodo, el rumbero Gato Pérez, el de ‘Gitanitos y morenos’ que popularizó aquí en los ’80 la bella Silvina Garré, (dicho sea de paso compuso ‘Todos los gatos son pardos’).
Si serán importantes los gatos que hasta tienen una danza folklórica con su nombre. Es un baile agraciado y elegante en el que la pareja baila separada, dibuja un juego amoroso, con en el hombre persiguiendo a la mujer. Según la región, el gato puede ser cordobés, polquiado, patriótico, cuyano, encadenado o con relaciones.
Y hablando de folklore, el genial Cuchi Leguizamón tiene algo que decir acerca de los gatos. Con su proverbial manera de contar anécdotas, nos relata una historia acerca de los gatos, en una entrevista realizada por Mona Moncalvillo: “A los gatos los crían, por lo general, las muchachas solteras que hacen la transmigración del amor que no vino con un amor que se va. El gato siempre se va. Pero el gato se las rebusca para tomar la mejor leche, para comer la carne más fresca, pero eso hasta las seis, siete de la tarde, que mantiene la ficción del domesticado, porque no hay solterona que no cree que su gato es domesticado y lo cree una maravilla. Pero cuando aparecen las primeras sombras ya está en el tejado librando sus terribles batallas de amor. Y al otro día aparece herido, sangrante, sucio y la niña exclama: ‘¡Ay mi gatito!’, y lo baña, y le da leche, y le da la mejor cama. Y al otro día vuelve a hacer lo mismo. Los gatos de Salta estaban tan preocupados que han consultado a los psicólogos, y éstos han hecho un estudio y han declarado que todos los gatos de Salta son machistas, que son sádicos, perversos, y le han recomendado terapia de grupo. Y como ya algunos gatos habían conocido el suburbio salteño, que es bastante parecido al porteño, pensaron con razón que el grupo era la terapia…”
María Elena Walsh, compositora de excepción que transitó el folklore y el género trovadoresco, creó en su hermosa obra para niños un verdadero universo gatuno: está el gato Confite, que sufría un terrible dolor de muelas. Justamente fue su enemigo, el perro dentista, quién le recetó como cura un bombón de pescado, porque se apiado del pobre Confite, que sentía la más grande de las penas, la tristeza gatuna. En su ‘Chacarera de los gatos’, María Elena habla acerca de tres morrongos que viajan a Tucumán con la intención de participar en un concurso de belleza para gatos, sin saber que era un concurso… para gato y chacarera. Luego declararían que “Tucumán es feo y triste porque el gato allá no existe.”

Un músico argentino (y rosarino) que es amante de los gatos (y los perros) es Litto Nebbia. Orejita, el gato de su niñez; Judicci, blanco, con cara de rusito; Ramoncito, de su estadía en México; y Lorenzo, todo un caballero, son sólo algunos de los gatos que el ex Gato tuvo a los largo de su vida (y sus divorcios).
“Todo esta locura por los gatos no tiene nada que ver con el nombre de mi grupo de adolescencia – cuenta Nebbia en su biografía - Es cierto que a Ciro Fogliatta (mi compañero con el que formamos el grupo) y a mí nos gustaron siempre los gatos, pero, a la hora de elegir un nombre para el grupo, surgió porque estéticamente nos agradaba y nada más… Es cierto que la figura del gato está relacionada con la noche, la bohemia, la libertad, su independencia, la astucia, la música y las siete vidas… Aún así, cuando me preguntan: ‘¿Por qué le pusieron Los Gatos…?’, respondo por nada en especial…”

Otro loco por los gatos fue Freddie Mercury. Cuando en 1985 lanzó su disco solista “Mr Bad Guy”, escribió en la portada del álbum: “Dedico este disco a mi gato Jerry, también a Tom, Oscar y Tiffany, y a todos los amantes de los gatos de todo el universo. Los demás que se jodan.”
Pero años más tarde Mercury fue más lejos: publicó una canción dedicada a su gata en “Innuendo” (1991), el último disco de Queen en el que participó en vida, no sin tener resistencia de algún integrante del grupo (Roger Taylor). La canción se llama ‘Delilah’ y en ella Mercury habla de  su gata favorita con adjetivos del calibre de impredecible, irresistible, inocente y manzana de mis ojos. Cuentan algunos allegados que Delilah estaba en la cama junto a Mercury cuando éste falleció en noviembre de 1991.

Jorge Luis Borges, uno de los más grandes escritores que nació en esta tierra, creador de bellos poemas que son música, fue un gran amante de los gatos. Por ejemplo, Borges escribió en ‘A un gato’, “No son más silenciosos los espejos ni más furtiva el alma aventurera / Eres, bajo la luna, esa pantera que nos es dado divisar de lejos / Por obra indescifrable de un decreto divino, te buscamos vagamente / Más remoto que el Ganges y el poniente, tuya es la soledad, tuyo el secreto / Tu lomo condesciende a la morosa caricia de mi mano / Has admitido, desde esa eternidad que ya es olvido, al amor de la mano recelosa / En otro tiempo estás. Eres el dueño de un ámbito cerrado como un sueño.” Pedro Aznar le puso música a este poema y lo publicó en “Caja de música” (2000), disco en el que Aznar musicaliza diez poemas de Borges y lo interpreta en vivo, con invitados.
Borges tuvo varios gatos, Odín, que le sobrevivió casi diez años; y Beppo, un gran gato blanco que se llamaba así por un gato que tuvo Lord Byron. “Nadie cree que los gatos son buenos compañeros, pero lo son – dijo alguna vez - Estoy solo, acostado, y de pronto siento un poderoso brinco: es Beppo, que se sienta a dormir a mi lado, y yo percibo su presencia como la de un dios que me protegiera.”.
Dicen que don Jorge Luis le escribió un poema cuando su mucama le contó que Beppo jugaba y atacaba su propia imagen en el espejo: “El gato blanco y célibe se mira en la lúcida luna del espejo / y no puede saber que esa blancura / y esos ojos de oro que no ha visto nunca en la casa son su propia imagen. / ¿Quién le dirá que el otro que lo observa es apenas un sueño del espejo? / Me digo que esos gatos armoniosos, el de cristal y el de caliente sangre, / son simulacros que concede el tiempo, un arquetipo eterno. Así lo afirma, sombra también, Plotino en las Ennéadas. / ¿De qué Adán anterior al paraíso, de qué divinidad indescifrable somos los hombres un espejo roto?”

Surge la siguiente pregunta, ¿por qué a los gatos se los asocia con chicas licenciosas y de vida ligera? Se puede citar ‘Gata de noche’, de Vox Dei; o ‘Rock del gato’, de los Ratones Paranoicos. Lo dejamos así, de otra manera nos adentraríamos en un terreno demasiado escabroso.
Finalmente, para calmar las aguas del otro bando en cuestión, prometo que en el futuro en esta columna aparecerá, como corresponde, un artículo dedicado a los perros, porque nobleza obliga, se lo merecen tanto como los gatos.