viernes, 19 de agosto de 2011

               ALGUIEN SE OLVIDA DE AVISAR

En este agosto se cumplen treinta años de la edición de 1981”, uno de los discos bisagras de Litto Nebbia. Tres décadas es todo un número, incluso tratándose de la historia de un compositor como Litto Nebbia, que hace más de cuatro décadas que hace camino con sus canciones.
A los 33 años Nebbia grabó este disco que lo terminó de forjar como compositor; tenía 18 cuando experimentó la explosión de Los Gatos con ‘La balsa’ como máximo éxito. Luego, como solista, inició una época de experimentación con su trío (Jorge González en contrabajo y Néstor Astarita en batería) con álbumes indispensables como “Muerte en la catedral” (1973), “Melopea” (1974) y “El vendedor de promesas” (1977) que le valió incomprensión en su momento y posterior reconocimiento (por esas cosas que generalmente los artistas están siempre un paso adelante con respecto al resto de la gente).
En 1978 se fue del país hastiado de las persecuciones y las malas condiciones imperantes para desarrollar su actividad. “Me fui a México justo un mes después del Mundial ’78 – cuenta Litto - Los motivos fueron varios. Cumplía treinta años y me dije: voy a comenzar una nueva etapa, voy a probar esta aventura. No fui con algo arreglado de antemano. A esto se debe sumar que, para esa época, hacía un año que venía tocando de manera muy irregular, sólo en lugares muy pequeños. No estaba estrictamente prohibido, pero si soportaba otro tipo de censura, se corría el comentario de que no había que contratarme porque era un tipo raro o que llevaba público peligroso. Éramos muchos los que prácticamente estábamos sin trabajo, en plena dictadura, con la gente que casi no salía de sus casas.”
La estadía de Nebbia en México lo hace madurar como compositor. Allí parió una nueva forma de canción, sintetizando elementos del pop de Los Gatos, de la experimentación con su trío, más el aporte de las experiencias personales vividas fuera de su tierra. Un nuevo cancionero nacía: con letras simples, pero no sencillas y una música con un innegable sabor argentino.

Ese 1981 Litto graba en México dos discos: “Sólo se trata de vivir” que contiene ‘Solo se trata de vivir’, el máximo hit de su carrera, y otros temas importantes como ‘La gente que no sabe lo que quiere’, ‘El bohemio’ y ‘Nadie es tan importante como uno cree’ (estos dos últimos ya editados anteriormente); y el álbum homenajeado hoy en este espacio: 1981”.
Antes de volver definitivamente a la Argentina, Litto desembaría en 1982 en nuestro país por un mes para visitar a su madre, arreglar su vuelta con la publicación de estos dos discos y planear el inicio de una gira por todo el país para los meses siguientes. Inquieto como es, arregló con la gente de La Trastienda para hacer tres actuaciones en un fin de semana con la condición que no se hiciera una publicidad masiva, sino sólo a través del boca a boca. Así nació “Tres noches en La Trastienda (1982), disco doble en vivo con las participaciones de Dino Saluzzi y Bernardo Baraj.
Cuando Litto volvió definitivamente a Argentina no se conocía mucho de sus nuevas canciones, excepto ‘Sólo se trata de vivir’, que León Gieco ya había mostrado en vivo. La situación cambiaría porque entre 1982 y 1985 grabaría una docena de discos (solistas, con el Cuarteto Zupay, con la Banda Sinfónica Municipal, con los Músicos del Centro, y la banda de sonido de la película ‘Evita, quién quiera oír que oiga’ de Eduardo Mignogna).

El disco
1981” retrata a un Nebbia en su justa maduración mostrando once canciones imbatibles, frescas, vitales, con una llegada más directa al oyente con respecto a sus antecesoras.
Canciones que hablan de separaciones: ‘Alguien se olvida de avisar’, ‘Cuando llega el ocaso’, ‘Recuerdos en un taxi’, ‘No importa la razón’, inspiradas tal vez en la última relación del compositor con la poetisa y letrista Mirtha Defilpo; tributos a músicos: ‘Para John’, dedicado a Lennon; ‘Fattobello Fattoruso’, homenaje a Hugo y Osvaldo Fattoruso ( uruguayos que inventaron el candombe beat con su grupo Los Shakers); experiencias de vida (‘Vive bonito’, ‘Hay que aprender a morir’); mirada al universo femenino (‘Más que loca’).
En ‘Un poco de vida’, por ejemplo, Nebbia se retrata de cuerpo entero: “Ayer arranqué una hoja de mi calendario / Es un día de esos que uno quisiera ser otro / Muchos dicen que una pena de amor con el tiempo se olvida / No lo dudo, pero sucede que yo me enamoro seguido…” 
La música que acompaña las letras es interpretada por su trío (Jorge González en contrabajo y Néstor Astarita en batería) que se despiden en esta grabación luego de haber acompañado a Litto por ocho años.
Así como en los 70 fue uno de los precursores de introducir el folklore en el rock argentino (luego lo haría con el tango); Litto estrena ‘No importa la razón’, un bolero que habla de desamor.  “Ya en México, sensibilizado por un concierto del gran bolerista Marco Antonio Muñiz y por un suceso personal... escribí esta canción sobre la estructura típica del clásico genero romántico, sin perder mi estilo – cuenta Nebbia - La estrené en Buenos Aires cuando regrese en el 81 para un concierto en Obras. Recuerdo que al anunciar les voy a cantar un bolerito que hice; muchos chiflaron.... pero después les gustó...”
En su extensa discografía Nebbia ha compuesto diversas canciones en homenaje a los músicos que él admira (incluso discos completos como los dedicados a los Beatles, Gardel, Brian Wilson, Tom Jobim, Yupanqui). En 1981” publica ‘Fattobello Fattoruso’ en tributo a los hermanos Fattoruso. Hugo ha participado en muchos discos del rosarino y han compuesto un puñado de canciones como ‘parceiros’.
La pasión por los Beatles le ha llevado a Nebbia a grabar tres volúmenes con sus canciones. No es de extrañar, que enterado de la muerte de Lennon, haya escrito ‘Para John’.  “El mundo gira cruel y uno se deja rodar pero quién me podrá contestar / Y explicar y hacerme entender / Y quién será capaz de poder contener lo que su espíritu despertó en mi juventud…” dice Nebbia en parte de la letra, que alguna vez declaró: “Regreso de Nueva York a México, y a los pocos días recibo la ingrata noticia del asesinato de John Lennon a diez minutos de haber ocurrido. Escribo esta canción de un solo tirón en el tiempo que transcurre el tema, como si alguien me lo dictara... En ningún momento la canción menciona el nombre de John. Está escrita con todo el sentimiento de uno frente a la perdida de alguien querido.”
En ‘Vive bonito’, el tema más extenso del álbum, Nebbia da rienda suelta a su labor de tecladista improvisando con los pianos Yamaha y Rhodes; en cambio, en ‘Recuerdos en un  taxi’, experimenta con su principal rasgo distintivo: graba y superpone decenas de pistas con su voz y el tarareo tan personal que tanta satisfacción provoca en sus seguidores (y cierto desdén cercano a la burla en sus detractores).
‘Alguien se olvida de avisar’ es la canción que abre 1981”. No es máximo éxito de Nebbia, ni posee un rasgo en particular, pero bien se puede mostrar como esa canción típica del rosarino que el oyente nunca quedará inmune al escucharla.

‘Alguien se olvida de avisar’ es uno de los tres temas de 1981” que el cordobés Mario Díaz incluyó en “Nebbiero” (2010), disco que contiene dieciocho canciones de Nebbia interpretadas por tríos o cuartetos de conjunto de cámara con los grandes músicos del centro del país (Esteban Gutiérrez en percusión, Marcos Cordero en guitarra, Jorge Martínez en piano y teclados, Sofía Ortiz en voz).
El álbum de Mario Díaz, cuidada producción que cuenta con la participación del propio Nebbia, tiene una indisimulable impronta folklórica y es un exquisito y merecido tributo a este rosarino que ha dedicado toda una vida al servicio de la canción argentina.

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